Herencia Cristiana

Presenta

Edicion Especial: Terrorismo Cristiano

 

A LA DERECHA DEL OPUS

 

INVESTIGACIÓN EXCLUSIVA: EL VERBO ENCARNADO POR DENTRO.

 

Por primera vez hablan los miembros de la congregación más fanática y politizada de la Iglesia Argentina. Un extraño grupo que reúne a Seineldín, ex guerrilleros, fundadores de Tacuara y Guardia de Hierro. Los castigos corporales y su cruzada con el “Socialismo, la televisión y el deseo inmoderado de placeres”. ¿Por qué los expulsan del país?. ¿Por qué los recibe el Vaticano?.

 

LA EXPULSION DE VERBO ENCARNADO. NUEVA GUERRA DE LA ORTODOXIA CLERICAL

 

LA MANO DERECHA DE DIOS

 

La congregación más fanática y politizada de la Iglesia argentina, da la cara por primera vez y revela su rígido ideario doctrinario. Miembros de éste grupo, - con que simpatizan ex fundadores de Tacuara y Guardia de Hierro, ex guerrilleros y militares carapintada -, explican por qué los persiguen y los expulsan del país.

 

Los acordes del órgano que quiebran la tranquilidad de la mañana sanrafaelina, en Mendoza, mientras un prolijo coro repite insistentemente el estribillo de lo que semeja un canto gregoriano: “Benedictum Verbum Incarnatum”.

El sacerdote abre los brazos y repite una frase incomprensible. Su voz, potente y seca, remite a la oscuridad de las grandes abadías medievales de piedra. El latín, la lengua muerta, deshechada por el Concilio Vaticano II en la década del setenta para la liturgia católica, renace de su garganta. En la nave principal, un grupo de 30 jóvenes vestidos de impecables sotanas blancas responde en el mismo idioma.

Hasta que el amén final clausura la misa y el extraño viaje a un pasado remoto. Los religiosos, entonces, salen ordenadamente de la moderna parroquia de ladrillos a la vista de la calle El Chañaral y se abrazan y besan efusivamente: celebran el Día del religioso, paradójicamente el día después de la clausura del Seminario del Instituto del Verbo Encarnado, al cual ellos pertenecen, por disposición directa del Vaticano.

¿Ustedes son periodistas?, ¿Por qué no me sacan unas fotos?- dice, campechano, Miguel Sacco, el sacerdote mas viejo del grupo, y se ríe buscando un cómplice. Camina sobre el césped prolijo y habla con un acento porteño inconfundible. “Soy de Floresta, hincha de San Lorenzo y de All Boys, y fanático de Horacio Salgán..”. Esa es su terjeta de presentación, con la que invita a cruzar un jardín de olivos para llegar a la modesta habitación donde vive. En la biblioteca pueden leerse títulos tan variados como La Historia de Cristo, de Giovanni Papini, El naufragio del progresismo y un ejemplar del Concilio Vaticano II. Y mientras se saca la sotana comienza a hablar con su voz cascada: “Acá en el Instituto hay gente de todo tipo, rubiecitos con guita y gente de la mas baja estofa. Nos acusan de estar en contra del Papa pero para nosotros es un ídolo. No hay nada raro, nos ponemos la camiseta del cristianismo y defendemos la teología que se desprende del Magisterio de la Iglesia. No nos gustan las teologías modernas, ni las cosas contestatarias como la “Teología de la Liberación”.

Sacco hace silencio. Relata su vida: que era empleado bancario, que se casó de joven con una piba de barrio, que tuvieron varios hijos y que decidió ordenarse después de la muerte de su esposa. Hoy tiene 66 años, cinco nietos y un fervor religioso a prueba de balas.

“No soy del verbo encarnado. Pero estoy viviendo acá y estoy muy contento. Esto es muy popular porque vienen mas de cien personas por misa y eso es porque le damos bola a la gente. Pero no nos gustan las categorías tradicionales. ¿Qué se opone al progresismo?, ¿el conservadurismo?, NO. Lo que se le opone es la misión y nosotros somos misioneros. Siempre hubo gente en la Iglesia que se quiso escapar por la tangente. El progresismo es eso: la tangente, no es la Iglesia. Y yo quiero esto: un sacerdocio despolitizado. La Teología de la Liberación fue un verso total, nuestra opción por los pobres es verdadera porque es espiritual.”

Ustedes defienden a la Iglesia pero es justamenete ella quien les clausuró el seminario. ¿Cómo se entiende?.

(El arzobispo de San Juan, monseñor Alfonso), Delgado nos está jodiendo, es verdad. No nos gusta que nos cierren las casas, pero bueno, de última es el comisario pontificio. Vamos a respetar la decisión pero también vamos a pelearla dentro de la Iglesia.

 

HERMANOS EN ARMAS

 

El obispo surgido de la prelatura personal del Opus Dei, Alfonso Delgado, es un engranaje más en el conflicto. O no. Eso aún no está claro. Lo cierto es que ya es el tercer comisario pontificio desde que estalló el conflicto con el Episcopado a principio de la década del noventa, pero el primero con amplios poderes para decidir sobre el futuro de la Asociación Pública de Fieles Instituto del Verbo Encarnado. Y no dudó a la hora de ejercerlos: con tres decretos firmados en Roma, el 5 de diciembre pasado ordenó el cierre de las tres casas de la congregación en San Rafael: el seminario mayor “María, Madre del verbo Encarnado”, el seminario menor “San Juan Evangelista” y el noviciado masculino “Marcelo Morcella”.

“Estas determinaciones han sido tomadas en consonancia con el Papa Juan Pablo II. Aunque son disposiciones duras y difíciles, han sido dispuestas para el bien del Instituto del Verbo Encarnado, para ayudarlo a resolver los problemas de comunión eclesial y de obediencia que no son de ahora, pues vienen desde sus orígenes”, explicó Delgado en las únicas declaraciones que hizo desde que estalló el conflicto. Las palabras fueron claras y terminantes, y respondieron a uno de los preceptos mas antiguos de la Iglesia Católica: "Todo se perdona intramuros, todo, menos la desobediencia a las jerarquías”.

Ahora bien, lo que todos se preguntan dentro y fuera de los muros católicos es por qué justamente el Opus, un grupo ortodoxo como pocos, es el encargado de sancionar al Instituto del Verbo Encarnado, Mientras los opusdeístas sostienen que ellos no tienen nada que ver y no se trata de una cuestión de ortodoxias sino de lealtad y obediencia a la Iglesia, los sanrafaelinos aseguran que Delgado aceptó el cargo para diferenciar a la Obra del Instituto. Pero las preguntas son mas que las respuestas: ¿se trata de un simple conflicto entre ortodoxias?, ¿Delgado actúa como simple obispo del Episcopado o como militante del Opus?, ¿La Obra y el Verbo disputan entre sí el “mercado” religioso de la derecha?, ¿O el Verbo está a la derecha de los herederos de Josemaría Escrivá de Balaguer?.

 

 

 

DESOBEDIENTES

 

El sacerdote abre la puerta de la secretaría de la catedral de San Rafael y luego de pedir que su nombre quede en el anonimato – dice que  por “miedo, porque ellos son muy poderosos”, en referencia a los miembros del Instituto – acepta hablar en nombre del obispo Guillermo Garlatti. “Las cosas siempre estuvieron mal, porque el obispo es un conservador moderado, cercano a Karlic, y eso éstos señores no se lo perdonan. Son desobedientes, nunca informan cómo se financian ni admitieron una inspección de sus libros. Hacen actividades sin pedir permiso. Actúan como si fueran independientes de la Iglesia. Son soberbios y suelen atacar verbalmente a las jerarquías. Por éstas razones, Garlatti no descansó hasta verlos domados”, explica con voz trémula, mientras se toma el labio inferior con los dedos índice y pulgar en un gesto pensativo. “De todas maneras ahora van a tener un poco mas de aire, en la nueva casa generalicia de Roma (ver recuadro)”, dice, y se refugia en silencio hermético que concluye en un adiós.

Los integrantes del Verbo, entre ellos el jefe provincial Gabriel Zapata, en cambio, aseguran que “se trata de una cuestión de celos, porque el seminario diocesano de San Rafael está vacío y el nuestro repleto de alumnos”.

Pero ante la pregunta de si los resquemores también se deben a una competencia en la forma de recaudación de fondos entre distintos sectores de la Iglesia, Zapata se escabulle en el silencio y responde con evasivas (ver aparte). El patrimonio de la congregación no es un dato menor. Hoy el Instituto del Verbo Encarnado posee 274 religiosos perpetuos, 332 con votos temporales y cientos de seminaristas repartidos en varias de las casas que tienen en 31 diócesis del mundo. Y los sacerdotes viajan constantemente desde un destino a otro. Los lugares en donde han puesto un pie son tan diferentes y lejanos como Vanimio, en Papúa Nueva Guinea, o Brooklyn, en Nueva York.

 

DE TACUARAS Y GUARDIANES

 

Esa desobediencia a la Iglesia, según la historia oficial, viene desde lejos. Desde los días de la fundación del grupo, en marzo de 1984.

Todo comenzó en Paraná, en los feudos de monseñor Adolfo Tortolo, cuando tras su muerte, el actual presidente del Episcopado, Estanislao Karlic, se hizo cargo de la diócesis e intentó hacer cumplir los preceptos del Concilio Vaticano II, sancionado 20 años antes. Lo cierto es que los integrantes del Seminario, de reconocida filiación nacionalista y de derecha, no toleraron la modernización a la fuerza y decidieron mudarse al seminario diocesano de San Rafael. Simultáneamente, Carlos Buela, capellán del Liceo Militar General San Martín, de Buenos Aires, acordó con el por entonces obispo de la ciudad mendocina, León Kruk – un ferviente defensor de la dictadura militar -, la creación del Instituto del Verbo Encarnado. De ésta manera, los dos grupos comulgaron de la mano del sector mas ultraconservador de la Iglesia Católica y actuaron juntos durante un par de años.

Con su arribo a Mendoza, Carlos Buela volvió a estrechar la mano de uno de los ideólogos del grupo paranaense. Se trataba nada mas y nada menos que del sacerdote Alberto Ezcurra Uriburu, descendiente de Juan Manuel de Rosas y del general golpista Félix Uriburu, y fundador, en 1957, del movimiento Tacuara, una organización basada en la Falange española y que en sus principios se reconoció como filonazi. Los tacuaristas llevaban la Cruz de Malta en la solapa y vestían de uniforme en los ritos de iniciación que realizaban en oscuros rincones del cementerio de Chacarita.

Ezcurra y Buela se conocían de antes, cuando los presentó Alberto Buela, hermano del líder del Verbo Encarnado y director de la revista Michael, una publicación que conjugaba el nacionalismo mas fervoroso con el ocultismo esotérico. Carlos Buela, Ezcurra, Miguel Esperoni y Carlos Nadal, entonces, participaron de la fundación del Instituto, bajo la tutela política del Obispo Kruk y el Faro ideológico de los sacerdotes Julio Meinvielle y Leonardo Castellani.

Los ochenta fueron una década fructífera para el Instituto. Visitados asiduamente por los coroneles Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín – quién plantó un árbol fundacional en uno de los predios – duplicaron el número de los seminaristas año tras año. Por esos días también se mudó a San Rafael Ricardo Curutchet, director de la revista Cabildo, e hicieron contacto con uno de los principales referentes de la derecha peronista, el ex líder de Guardia de Hierro, el voluminoso Alejandro Álvarez, conocido como El Gallego, quién suele visitarlos habitualmente y ofrece conferencias a los seminaristas sobre temas tan variados como “El combate al neoliberalismo” o el “El rescate de la gesta de Malvinas”.

Parte del mito o no, muchos aseguran que las relaciones entre los ex guardianes de hierro y el Verbo Encarnado son mucho mas que una simple simpatía. Parte de esa convicción se desprende de que el ex ministro del interior menemista, José Luis Manzano – también ex guardia -, los visitaba en los tiempos dorados de la congregación y, según dicen ex miembros del Verbo, “solía otorgar millonarios subsidios al grupo religioso”.

“No somos un grupo político ni tenemos un plan estratégico”, asegura Sacco, el locuaz sacerdote que vive con los seminaristas, menea la cabeza de un lado a otro, e intentando negar la filiación de derecha del grupo, agrega un poco más de confusión sobre el Verbo Encarnado. “Es mas, tenemos un sacerdote, al que le falta un brazo, que militó en la guerrilla salteña con Ricardo Masetti. Es Enrique Bollini Roca y ahora está en Bolivia”, dice, y apunta que era el encargado del enlace y correo entre el Comandante Segundo con las ciudades del interior del país.

 

LEYENDAS URBANAS

 

Pero no sólo de extrañas conjugaciones políticas se nutre el misterio del Verbo Encarnado. La leyenda dice que Carlos Buela es un hombre de una valentía física extraordinaria y que cuando era jóven noqueó nada mas y nada menos que a Oscar Bonavena. Claro que para que los mitos tengan fuerzas es necesario omitir parte del relato. Esa verdad oculta, en este caso, es la juventud de ambos púgiles. Apenas superaban los diez años en el mítico Parque Patricios inmortalizado por Ringo.

Otro de los mitos que se han construído alrededor del Verbo Encarnado es su omnipotencia implacable. “Ya se cargaron a dos obispos”, aseguran temerosos los sanrafaelinos que no comulgan con el Instituto. Lo cierto es que hacia el final de su obispado, Kruk había roto sus relaciones con Buela. Y en un “inexplicable” viaje a la capital de Mendoza sufrió un accidente automovilístico en el que fallecieró. El imaginario popular fue alimentado por un dato curioso: el chofer del coche era un ex guardián y militante del Verbo Encarnado. Lo que no puede explicar la leyenda es por qué el conductor debió pasar varios meses en el hospital. En el otro caso, la versión popular es aún mas absurda. El sucesor de Kruk, Jesús Roldán, acusado por los seminaristas de ser mandado por el Cardenal Raúl Primatesta a desarticular el Instituto, murió de un cáncer. Pero en San Rafael todos creen en conjuros y maldiciones satánicas.

 

LOS ARREPENTIDOS

 

“Rubén”, nombre falso del primer arrepentido de esta historia, aún tiene miedo. Su voz trémula lo demustra. “Fui secretario privado del padre Buela durante un año y pertenecí al Instituto casi una década  - asegura – y quiero decir todo lo que yo ví. Allí dentro no tenia libertad y nos enseñaban que los que nos atacaban estaban locos; me presionaban con que iba a caer en la tentación. Era como si me hubieran lavado la cabeza. Además nos proponían que nos mortificáramos con cintos de cueros y cilicios. Tenían una disciplina férrea: si no eras como Buela te hechaban”.

Rubén baja la voz y cierra los ojos. “A mí nunca me quedo claro. Decían que estaban en  contra de la Masonería. Sin embargo, Buela siempre formaba logias internas. Yo particpé de las reuniones de Viruta, un grupo de diez seminaristas elegidos y el padre Buela.

Se llamaba así porque nos reuníamos en la carpintería del Instituto. Allí se trazaban las estrategias a seguir, las formas de recaudar fondos, ya sea mediante subsidios del Ministerio del Interior o de un importante banco privado. También se hablaba de política y de sexo y se bebía alcohol”, dice, y hace un alto como para crear misterio: “De todas maneras, ésa era una práctica habitual en Buela. Cuando estuvo en el Liceo Militar formó el grupo Yunque. No era otra cosa que una logia masónica. Muchos de ellos hoy están todavía en el Instituto”.

Rubén se panta sobre sus pies y fortalece su voz: “Quiero que quede claro: no se trata sólo de una cuestión religiosa, sino también política. Se trata de un proyecto determinado y bien preciso. Trabajan con sectores de alto nivel de ingresos pero también con los marginales. Cooptan gente y forman cuadros. Y las prácticas las tomaron de Guardia de Hierro”.

M.R. es alta, de pelo castaño, habla nerviosa y dice que tiene tanto miedo como el apócrifo Rubén y se estremece cuando recuerda los días que vivió dentro del Instituto: “En el seminario había distintos estratos sociales, era una sociedad cerrada y estratificada, basada en la obediencia y el silencio. Un sistema bastante parecido al hitleriano, y practicaban un paulatino alejamiento de los familiares. A los chicos los obligaban a tratar de Usted a los padres. Nos censuraban todo, no podíamos ver televisión, porque era obra del demonio, ni bailar, ni leer a Gramsci o Paulo Freire”, cuenta e invita al cronista a caminar por las calles de San Rafael.

La mujer hace un alto el el relato, respira hondo y de sus ojos brotan unas lágrimas que tienen algo de nostalgia por los años perdidos y algo de angustia por la presión psicológica a la que fue sometida. “Yo era una nena y pasé demasiado tiempo de mi vida ahí dentro y cuando me fui me trataron de traidora. Nunca los voy a perdonar”, jura antes de terminar con la entrevista y con la caminata que concluye en la plaza central de San Rafael.

M.R. habla del perdón, Rubén del miedo, la gente cree que un velo de misterio rodea a la congregación. Mitos y verdades se entrecruzan en un conflicto voraz dentro de los muros impenetrables de una iglesia milenaria que sabe guardar sus secretos en baúles de silencio. Poco se sabe y poco se explica. El sigilo y los tiempos vaticanos construyen un relato que avanza lentamente pero prohíbe implacablemente y sin derecho a réplica. Mientras tanto, en San Rafael, política y fe discurren entre ortodoxias, autoritarismos y herejías. En una historia enhebrada por opusdeístas, antiguos guerrilleros guevaristas, miembros de la ya inexistente Guardia de Hierro, menemistas descreídos y nacionalistas ultramontanos, el Instituto del Verbo Encarnado parece ser el nombre de una novela de intrigas, mentiras, poder y dinero.

 

 

(FOTO 1: Lo que todos se preguntan dentro y fuera de los muros católicos es por qué justamente el opus, un grupo ortodoxo como pocos, es el encragado de sancionar al Instituto del Verbo Encarnado.)

 

(FOTO 2: Sotanudos, así llaman despectivamente a los sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado, porque nunca abandonan sus hábitos).

 

(FOTO 3: “Nos acusan de estar en contra del Papa, pero él es nuestro ídolo. Defendemos el Magisterio de la Iglesia. No nos gustan las cosas modernas y contestatarias como la Teología de la Liberación”)

 

(FOTO 4: “EN LO DOCTRINARIO SON PERFERCTOS”; Monseñor Andrea María Erba, obispo de la diócesis de Velletri – Segni, donde ahora estudian los cuarenta sacerdotes del Verbo Encarnado, opina que es gente ejemplar, muy preparada, y que viven de manera espartana.)

 

(FOTO 5: La leyenda dice que Carlos Buela es un hombre de una valentía física extraordinaria y que cuando era jóven noqueó nada mas y nada menos que a Oscar Ringo Bonavena.)

 

(FOTO 6: “Era como si me hubieran lavado la cabeza, nos pedían que nos mortificáramos con cintos de cuero. Tenían una disciplina férrea. Si no eras como Buela, Te hechaban”, cuenta un arrepentido.)

 

NOTA I I

 

DE LA SAPINIÉRE AL OPUS DEI

 

Por Emilio J. Corbiére (periodista)

 

“Su fanático ahínco por defender a Dios y a su patria, los lleva a integrar mafias de invididuos fronterizos con la locura..”

 

Theador W.Adorno

 

El integrismo, dentro del catolicismo romano, es una expresión política - ideológica que tiene viejos antecedentes, y que surgió en paralelo con los sistemas represivos como la inquisición.

Jalones de su accionar se pueden advertir en distintas épocas: La Compañía del Santo Sacramento, de Henri de Levis, duque de Ventadour; la Santa Liga, fundada por el duque de Guisa para enfrentar a los protestantes; la Congregación del Oratorio, del Cardenal Pierre de Berulle, y principalmente La Sapiniére de monseñor Umberto Benigni.

Mientras la inquisición actuó sobre el conjunto de la sociedad de su época, estos grupos lo hacen, sobre todo, en relación con la vida interna de la Iglesia. Aquellos buscaban reprimir a los “herejes”; en cambio, estos integristas los hacen contra presuntos disidentes internos. Benigni (1862-1934) combatió, mediante una red de espías y confidentes, a los católicos modernistas, integró la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios en la estructura vaticana y apoyó a Mussolini y exaltó al fascismo.

La Sapiniere tuvo un carácter de organización secreta. Era la Liga de San Pío V – en latín Sodalitium Pianum (S.P.) -, conocida en Francia donde tuvo desarrollo con el nombre de La Sepiniére porque su distintivo era un abeto (en francés, sapín). Eugenio Pacelli, luego papa Pío XII, mantuvo estrechos contactos con el grupo.

En idéntica concepción conservadorista y autoritaria, fue organizado y desarrollado, en la época de la tiranía franquista, el Opus Dei de Josemaría Escrivá de Balaguer, el teólogo católico Urs von Balthazar, en su ensayo integralismus, vinculó directamente al Opus Dei con la Sepiniére. En todos los casos, las Organizaciones de este tipo buscan consolidar formas de poder político y económico, dentro y fuera de la Iglesia.

En los años treinta, el integrismo católico tuvo connotaciones fascistas. Eran aristocratizantes, “maurrasianos”, corporativistas, antisocialistas y antisemitas. Era la Iglesia de la “Nueva Cristiandad”, intentaban “recristianizar” el mundo mediante una “nueva cruzada”.

Los sacerdotes Julio Meinvielle y A. Molas Terán, escritores como Hugo Wast (Gustavo Martínes Zuviría), las revistas Crisol, Baluarte, Ortodoxia, entre otras, expresaron esa tendencia regresiva, denunciada en 1936, durante los Cursos de Cultura Católica, por el eminente filósofo católico Jacques Maritain. La primera etapa de Criterio y el diario El Pueblo no fueron ajenos a la tendencia integrista.

La comunidad del Verbo Encarnado de San Rafael (Mendoza), desactivada por la autoridad episcopal, es un batallón rezagado del viejo integrismo. EL problema con la autoridad eclesiástica no es doctrinario sino de disciplina interna, de comunión con el Papa. Muchos de sus integrantes pertenecieron al seminario lefebvriano de Paraná, que publicaba la revista Michael y una de cuyas cabezas dirigentes era el sacerdote  - ya fallecido – Alberto Ezcurra Uriburu, uno de los fundadores del grupo de extrema derecha Tacuara. Moseñor Estanislao Karlic cerró el seminario entrerriano y clausuró la revista por apartarse del Concilio Vaticano II. Ahora esa faena disciplinaria le ha tocado al opusdeísta Alfonso Delgado. El nuevo integrismo desactiva al viejo que ya estaba fuera de la doctrina.

 

“NOS PERSIGUEN PORQUE NOS TIENEN CELOS”

 

Gabriel Zapata lleva sobre sus espaldas el conflicto entre el Instituto del Verbo Encarnado y el Episcopado. Viajó de San Rafael a Buenos Aires para entrevistarse con el nuncio apostólico, Santos Abril y Castelló. “No tengo tiempo para una entrevista personal, pero podemos hablar telefónicamente”, se excusó.

 

¿Por qué la Iglesia acusa al Instituto del Verbo Encarnado de desobediencia.?

No lo sé. Nosostros seguimos al Papa. Lo que ocurre es que nuestras misiones y nuestro nivel de convocatoria pueden generar resquemores en diócesis que hoy se encuetran vacías. El año pasado tuvimos 50 novicios. ¿Qué otro seminario tuvo tanta concurrencia.?

 

¿ Usted sostiene que la pelea con Guillermo Garlatti, el Obispo de San Rafael, se debe sólo a una cuestión de celos y no ideológica.?

Nos perciguen por celos. Dicen que no tenemos espíritu de Iglesia pero en realidad a los progresistas, como Laguna o Karlic, lo unico que les preocupa es que no hagamos lo que ellos quieren.

 

Usted apunta a los progresistas pero el interventor es Alfonso Delgado, un hombre del Opus Dei. ¿Hay competencia entre ambos sectores.?

No, los dos somos ortodoxos y seguimos la línea del Papa. Pero tenemos carismas diferentes. Ellos dirigen su evangelización hácia las elites y nosotros hácia los sectores de menores recursos. Tenemos misiones en Sudán, Nueva Guinea. Los domingos hacemos talleres con chicos de la calle. Es cierto que Delgado descabezó el Instituto hace un año y hoy nos clausuró el Seminario. Pero, bueno, nosostros acatamos las decisiones de la Iglesia.

 

¿Cómo definiría ideológicamente al Instituto.?

Somos muy ortodoxos en lo doctrinario y muy avanzados en lo misional. Somos estrictos en lo litúrgico. Nuestro fundador, Carlos Buela, es un hombre muy tradicional. Usamos sotanas, pero no somos lefebvristas.

 

¿Uno de los fundadores no fue Alberto Ezcurra, del movimiento Tacuara.?

(Duda y hace silencio) NO, Ezcurra perteneció al Seminario Diocesano de San Rafael y no al Instituto del Verbo Encarnado. Incluso en nuestra congregación tenemos un ex guerrillero que participó del levantamiento de Masetti. También tenemos gente que llegó de la experiencia carismática.

 

¿Es verdad que tienen formas ocultas de recaudar dinero.?

Ésa es una acusación de aquellos a los que les molesta nuestra forma de vida. Nosostros vivimos de la caridad de la gente, de los aportes de los padres de los seminaristas y vivimos en la pobreza.

 

¿Cuál es su opinión sobre la Teología de la Liberación.?

Nos plegamos a la doctrina del cardenal Ratzinger. No estamos de acuerdo en horizontalizar las virtudes teologales. Es bueno acercarse a los pobres pero la respuesta no puede ser meramente humana y sin trascendencia, porque si no esa ayuda se instrumenta por doctrinas como el marxismo.

 

¿Cuáles son sus referentes religiosos.?

Por su puesto Carlos Buela, luego Don Bosco, por la pastoral juvenil; Don Orione, por la obra de misericordia. En lo intelectual somos tomistas y seguimos la línea de Ratzinger.

 

¿Por qué es tan fuerte la pelea con el Episcopado.?

Tenemos distintas concepciones religiosas. No nos gustan el estilo de Laguna ni de Karlic.

 

EL PENSAMIENTO ENCARNADO

 

Según el Instituto, “para limpiar la patria y la Iglesia de las lacras que las afean, es necesario desenmascarar y refutar a los enemigos de la familia católica”. Éstos son algunos ejemplos de su ideario.

 

 

1.      LAICISMO

Con sus leyes impías, profana la dignidad del matrimonio cristiano.

 

2.      COMUNISMO

Su objetivo es marchar y depravar el alma de los jóvenes.

 

3.      MASONERIA

Busca quitar a la familia su base religiosa.

 

4.      DESEO

Es la peste mas funesta que puede perturbar a la familia.

 

5.      ESTATISMO

Puede derivar en el desconocimiento y abolición de los derechos de la familia.

 

6.      LIBERALISMO

Porque con los salarios bajos impide al trabajador sostener una familia.

 

7.      FILOSOFIA

Porque desprecia soberbiamente el imperio de Dios.

 

8.      CINE Y TELEVISION

Su mirada irónica y escéptica exalta los extravíos de la institución familiar.

 

 

EN LO DOCTRINARIO SON PERFECTOS

 

(Por Martino Rigacci desde Roma.)

 

Vista desde la diócesis de Velletri – Segni, la Argentina puede llegar a parecer algo muy lejano. Sobre todo si, como acurre a moseñor Andrea María Erba, a las nueve de la noche de un frío lunes de invierno italiano se encuentra con un inesperado llamado telefónico que lo menciona lugares como Mendoza y nombres como el Instituto del Verbo Encarnado.

Monseñor Erba, de 71 años (nacido cerca de Milán en 1930), estudió en la Pontificia Universidad de Propaganda Fide de Roma, donde se graduó en Teología en 1962 y donde enseñó Historia de la Iglesia. Tiempo atrás brindó hospitalidad en su diócesis al controvertido monseñor Emmanuel Milingo, el obispo – exorcista africano (nació en Lusaka, Zambia), que mientras estuvo autorizado a celebrar misa en Roma hacía cosas como alejar al diablo y curar a la gente, rodeado de una muchedumbre de enfermos y fieles, que para sus numerosos críticos, no eran otra cosa que una auténtica “corte de milagros”. En 1989 monseñor Erba fue designado al frente de la diócesis de Valletri – Segni, a casi 60 kilómetros al sur de la capital. Segni, que hoy en día tiene unos nueve mil habitantes, fue fundada por Tarquino el Soberbio, séptimo y último rey de Roma. En Segni nació, por otra parte, Vitaliano, que fue Papa entre el 657 y el 672.

Sucesivamente, entre los siglos XII y XIII, este bello centro del sur de la región del Lacio alcanzó la cúspide de su fama y autonomía local bajo el dominio de la Santa Sede.

En ese período pasó a ser residencia veraniega de los papas y por orden de Eugenio III se construyó un edificio, el hoy Seminario Vescovile. En este lugar con tanta historia a sus espaldas viven ahora los argentinos del Instituto del Verbo Encarnado.

 

Monselor Erba, ¿Cuándo autorizó la llegada de los seminaristas argentinos del Verbo Encarnado.?

Aclaremos un punto: no hay nada confirmado, ya que se trata de una decisión que está sub-judice del cardenal Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para los religiosos. Por otra parte yo no autoricé nada, sólo me limité a dar disponibilidad a recibirlos ante la autoridad pontificia eclesiástica. En efecto, son unas 40 personas que se encuentran aquí desde octubre.  

 

¿Cómo es su relación con ellos.?

Son muy buenos, son amigos y tienen un comportamiento ejemplar. Rezan, hacen apostolados; lo único que puedo hacer es hablar bien de ellos. Acá en Italia están integrados en la diócesis, son vice – parrócos, ayudantes de parroquias. Son gente de primera línea. En el plano de la doctrina son perfectos.

 

¿Cómo pueden entonces haber surgido los problemas en Argentina.?

Le repito, no lo sé. Nunca hablé con nadie del tema. He escuchado hablar del cierre de las casas de formación juvenil, seminarios – o se de los noviciados -, por problemas con obispos locales, pero en concreto no tengo nada. Por otra parte, está claro que si transfieren sus casas de formación a Italia, pasarán a depender de otros obispos. Acuérdese además de que están también en otras partes del mundo, en Rusia, Tierra Santa, Estados Unidos.

 

¿Y en su diócesis dónde viven.?

En nuestro seminario de Segni, que hasta su llegada estaba vacío. Viven de manera espartana, muy pobre.

 

¿Qué edad tienen.?

Por lo general entre 20 y 30 años. El grupo está compuesto por sacerdotes, algunos diáconos y unos 30 estudiantes de teología, que van todos los días a Roma a estudiar. La gente de Velletri y Segni está muy contenta, feliz de haber conocido a este grupo de argentinos tan preparados.

 

¿Por qué razón el cardenal Martinez Somalo eligió Valletri- Segni como destino de esas 40 personas.?

En realidad no fue él quién pensó en esa elección. Sinceramente no sé cómo se llegó a la decisión…no me acuerdo bien, quizá fueron las monjas…Como usted sabe tienen también una rama femenina, que yo ya había tenido ocasión de conocer en Velletri. Hemos sido presentados y luego ha sido un placer recibirlos.

 

Artículo periodístico publicado en la revista “3 Puntos”, hecha por Hernán Brienza y Sergio Góngora. Fotos: Patricio Pidal. (San Rafael – Mendoza )

 

 


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